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domingo, 9 de mayo de 2010

Brahms. Concierto para Piano y Orquesta nº 2. Szell, Serkin, Cleveland Orchestra. 1966. Strauss. Burlesque. Ormandy, Serkin, Philadelphia Orchestra. 1966.


Aquí os dejo el segundo CD "olvidado" de la integral de los conciertos para piano de Brahms con Cleveland, Szell y Serkin. En esta ocasión el complemento del segundo concierto es el maravilloso Burleske para Piano de Richard Strauss.

El Segundo Concierto para Piano de Brahms es una obra excepcional, de magnitudes impresionantes, de matices algo menos trágicos que el primero y más marcado en su lirismo y emotividad, con un acoplamiento de la masa orquestal y el piano soberbio, de amplio desarrollo y un carácter sinfónico más acusado. Una obra magnífica. Lo separan unos veinte años del primero, iniciándolo en 1878 completándolo en 1881, en Pressbaum, en las cercanías de Viena. La pieza fue estrenada en Budapest el 9 de noviembre de 1881 con el compositor al piano y recibió una muy favorable aceptación; Brahms lo interpretó nuevamente en Alemania, Austria y Holanda, a veces bajo la batuta de su amigo Hans von Bülow. Se le considera una de las piezas de mayor dificultad técnica dentro de la literatura pianística universal. Su magno desarrollo se realiza a través de cuatro movimientos, a cada cual más bello y sublime:

Allegro non troppo
Allegro appassionato
Andante
Allegretto grazioso

La correspondencia entre Brahms y varios de sus amigos muestra la irónica modestia de Brahms acerca de su pieza recién compuesta, sobre todo acerca del significado y oportunidad del Allegro appassionato del segundo movimiento poco común según los cánones de la época y algo largo en duración. Finalmente ese maravilloso movimiento quedó ahí para gloria de la música y placer de los sentidos (de vez en cuando los médicos, en este caso Billroth, uno de los destinatarios de las cartas de Brahms y del manuscrito de la obra, tenemos alguna que otra buena idea). Los solos correspondientes de las trompas en el primer movimiento y de esos fantásticos violonchelos en el tercero son absolutamente maravillosos, sedosos, emotivos y cautivadores por su dulzura, sedosidad y sensibilidad. Ambos movimientos enmarcan al ya comentado Allegro appasionato de las citadas cartas; moviento fino delicado y muy contrastado con el anterior y el siguiente. Y el movimiento final es una delicia de genialidad musical, de sensibilidad, de pianismo bello y orquestación sensible y dulce, enormemente lírico y enormemente bello.

Repetir, y ya es habitual, la prestación excepcional del conjunto de la Orquesta, el maravilloso Serkin y el no menos genial Szell.


La segunda pieza que presenta el disco el Burleske para piano de Richard Strauss. Obra de juventud, 1885-1886, de un Strauss de 21 años impresionado por la personalidad y la música del maestro Brahms al que conoció siendo asistente del gran Hans von Bülow y del que había recibido buenas apreciaciones sobre su música y tarea como compositor. En inicio preparada para ser dedicada a Bülow, este la rechazó por no considerarla adaptada al piano y por la dificultad que tenía Bülow en el tamaño de sus manos. La pieza quedó así relegada al olvido. En 1890 un pianista, Eugen d'Albert, consideró a la obra con méritos suficientes y se consideró él mismo a la altura de poder interpretarla. Con algunos retoques del propio Strauss y con su dirección se presentó en Eisenach en 1890 con un enorme éxito. Tras los elogios obtenidos en esa ocasión por el público, el pianista y el propio Bülow, Strauss no se sintió muy convencido y además estaba pasando a otra época compositiva, la de los grandes poemas sinfónicos; la admiración por Brahms había pasado a veneración; ahora su objeto de admiración era Liszt. No permitió la edición de la obra hasta 1894. Sin embargo fue finalmente una obra a la que tuvo gran afecto y que incluso fue programada en su último concierto en Londres en 1947. El maravilloso juego y diálogo de los timbales y el piano, el exigente piano y bello y la suavidad final de la obra, merecen en su conjunto la escucha.

Ormandy dirige magistralmente a una excepcional Philadelphia Orchestra y a un Serkin maravilloso, sonoro, hábil, rítmico y "sin problemas de manos".






Brahms
Concierto para Piano nº 2
Szell
Serkin
Cleveland Orchestra
Severance Hall, 12 y 22 de enero de 1966

Strauss
Burleske
Ormandy
Serkin
Philadelphia Orchestra
Town Hall, Philadelphia, 3 de febrero de 1966