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jueves, 31 de enero de 2013

Ralph Vaughan Williams. Sinfonía nº 4. Fantasía sobre un tema de Thomas Tallis. Fantasia "Greensleeves". Serenata a la Música. Bernstein. Orquesta Filarmónica de New York. 1965. 1976. 1969. 1962.


Queridos amigos a petición de un amable seguidor anónimo dejamos esta noche un hermoso disco que realmente merece la pena que sea escuchado. La excepcional aproximación que Leonard Bernstein y sus músicos de la Filarmónica de New York realizaron a algunas piezas del compositor Ralph Vaughan Williams y en particular la acertadísima, inspirada, violente, vital, ruda y contundente interpretación de esa hermosa y dura obra que es la Sinfonía nº 4 del compositor británico.

Reconozco que no soy un apasionado de la música de compositores de la gran isla aunque muchas de sus obras tienen su momento en mi corazón. Entre ellas están algunas de las obras sinfónicas de Williams, las de Elgar, Bax o Britten. Y en concreto esta Cuarta Sinfonía de Ralph Vaughan Williams siempre me ha llamado poderosamente la atención por su enorme energía que se expresa libremente y sin freno alguno por el compositor. Una obra realizada no para gustar sino para transmitir e impactar, una obra que podríamos considerar casi un aldabonazo a la sociedad de su momento, un momento duro y previo a la gran catástrofe que se avecinaba de la Segunda Guerra Mundial.

Una obra que nos aparta de inmediato la posible imagen pastoralista o sentimentaloide del compositor breitánico y nos deja ante la elaboración sencilla y magistral a partir de dos temas muy simples de una obra desgarradora, atronadora, opresiva y angustiosa. Una obra que no tenía precedente sino varios años atrás en la hermosa Los Planetas de Holst en cuanto a impacto, agresividad y violencia sonora y musical (resulta quizá curioso que ambos músicos compartieran amistad directa y continuada durante parte del periodo compositivo de esta cuarta sinfonía de Ralph, allá por los años 1931 a 1932.

LA Sinfonía nº 4 de Williams fue terminada en 1934 y se dedicó a Sir Arnold Bax aunque Williams siempre tuvo palabras de agradecimiento y elogio para el director que tuvo el honor de realizar la presentación de la obra, Sir Adrian Boult el 10 de abril de 1935 al frente de la Orquesta sinfónica de la BBC. Poco después del estreno Williams fue galardonado por el Rey Jorge V con la Orden del Mérito en reconocimiento por su contribución a la música de su tiempo.


Dos temas forman la estructura simple de la sinfonía, uno en el conjunto orquestal y otro en los metales. A partir de ellos la habilidad de Williams de sacar partido a esos dos gérmenes simples es sensacional. Y marca desde un inicio el carácter violento y colérico de la composición. La sutileza de las transformaciones es sorprendente, transformaciones y juegos instrumentales variados con referencias cruzadas entre ellos a los temas principales. El desarrollo en contrapunto soberbio de los dos movimientos centrales pone un poco de sosiego en el devenir musical con preciosos juegos de flautas, cuerdas ostinadas, trombones, fagotes, tubas, caja (instrumentos cuanto menos sorprendentes en la importancia que se les concede) y conduce a un final fugado precioso con referencia a los temas iniciales y a los primeros compases del inicio de la sinfonía.

El propio compositor definía su obra como "simplemente la música que quise realizar en aquel momento y no más", música pura y directa sin referentes externos a los que remitirse. Gustaría o no pero era su forma de trasladar a sonidos su deseo. Y Williams consiguió una obra formalmente precisa, concisa y sabiamente estructurada, con transformaciones temáticas y referencias a los motivos base como forma de construcción fundamental.

Debo decirles que la interpretación que realiza el maestro Bernstein y la ejecución de los músicos de la Filarmónica de New York es de libro, para quitarse el sombreo. Perfecta en sentido musical, maravillosa en ejecución, realmente impactante en su concepción expresiva. Una delicia y un ejemplo perfecto de un Bernstein implicado en una obra que amaba profundamente.

El disco presenta otras piezas de carácter completamente diferentes al de la sinfonía nº 4. 

La Fantasía sobre un Tema de Thomas Tallis compuesta en 1910 y que proporcionó al compositor parte de su reconocimiento nacional como figura musical de relevancia fue presentada junto a la obra de Elgar The Dream of Gerontius y dirigida por el propio compositor en el marco de una velada del Three Choirs Festival. Tuvo un éxito significativo y lanzó al público general el nombre de Williams como compositor que en el futuro tendría grandes cosas que decir. Elaborada para doble orquesta de cuerda con el fin de conseguir ese efecto de la antifonía que buscaba el autor, la obra resulta de gran delicadeza y efectismo siendo realmente bella y muy grata su escucha. A pesar del reconocimiento inicial, el compositor realizó una revisión con el fin de condensar más la obra fruto de ciertas quejas vertidas sobre su extensión y duración.

La Fantasía Greensleeves, una de las obras con la que más se asocia el nombre de Williams representa una estructura musical sencilla. Inicialmente se concibe para un intermedio de una representacion de la obra de Shakespeare Las Alegres Comadres de Windsor. Williams emplea dos baladas conocidas para dar forma a la Fantasía constituyendo una obra sencilla, melódica, popular, pastoral o incluso bucólica. Gratísima música y música para escuchar y deleitarse. Impresionante David Nadien al violín.


Finalmente la Serenata a la Música fue compuesta en el verano de 1938 a partir de un encargo del gran director británico Henry Wood con la precisa instrucción del mismo de ser compuesta para un grupo exacto de seis cantantes que tenían relación con el director de forma más o menos directa. Williams emplea para su composición la idea que andaba tiempo rondando su cabeza, poner música a la escena de Jessica y de Lorenzo del Mercader de VEnecia de Shakespeare. Obra que va y viene entre dos extremos, la tensión, quizá propia ya de verdad de una época próxima trágica, y la musicalidad y belleza de la música calmada y sosegadora que es capaz de llevarnos a todos a un estado de placidez realmente asombroso. Se estrenó el 5 de octubre de 1938 en manos del director destinatario, Henry Wood.

Las tres piezas tienen una interpretación bellísima por Bernstein, los músicos y unos cantantes como pocas veces ha reunido a su alrededor el maestro. Los resultados, sencillamente maravillosos. Puro placer musical.

Espero de coraz´´on que disfruten de este hermosísimo disco y agradecer a nuestro anónimo amigo su petición que me ha permitido recordar estas bellísimas grabaciones y disfrutar de esta música tan variopinta y maravillosa.



Ralph Vaughan Williams

Sinfonía nº 4
Fantasía sobre un tema de Thomas Tallis para doble orquesta de cuerda
Fantasia "Greensleeves" para violín, arpa y orquesta de cuerda con David Nadien, violín.
Serenata a la Música (Texto del Mercader de Venecia):
  • Adele Addison, soprano
  • Lucine Amara, soprano
  • Eileen Farrell, soprano
  • Lili Chookasian, mezzosoprano
  • Jennie Tourel, mezzosoprano
  • Shirley Verret-Carter, mezzosoprano
  • Charles Bressler, tenor
  • Jon Vickers, tenor
  • George London, bajo-barítono
  • Ezio Flagello, bajo-barítono
  • Donald Bell, bajo-barítono
  • Agrupación en las piezas: (Conjunto II; tenor III, soprano IV-V-VII, mezzo VI, conjunto y soprano VIII)


Orquesta Filarmónica de New York.
Leonard Bernstein

Grabaciones (por orden de la lista referida arriba):

Philharmonic Hall, now Avery Fisher Hall, Lincoln Center, New York, 21 de octubre de 1965
Manhattan Center, New York, 21 de diciembre de 1976
Philharmonic Hall, now Avery Fisher Hall, Lincoln Center, New York, 8 de diciembre de 1969
Philharmonic Hall, now Avery Fisher Hall, Lincoln Center, New York, 23 de septiembre de 1962